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La vida entre la tierra y el mar: una mirada a lo que hace únicos a los ecosistemas intermareales del norte del Golfo de California

[vc_row][vc_column][vc_separator][vc_column_text]Por: Jessica Potter[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]Cuando era una niña que amaba el océano, pero no quería meterse en el agua, recuerdo haber visitado Puerto Peñasco y estar fascinada con toda la vida marina que podía ver en las pozas de marea sin siquiera tener que ponerme el traje de baño. También recuerdo haberme sentido confundida en cuanto a por qué, a veces, cuando bajaba corriendo a la playa emocionada de ver grupos de cangrejos ermitaños y caracoles de mar en una orilla rocosa, me encontraba con nada más que arena y mar. Si bien las mareas cambiantes ocasionalmente posponían mi misión de encontrar un pulpo en una poza de mareas, también agregaban un elemento de encanto y misterio a esta área. Dos veces al día, una ciudad repleta de criaturas inusuales desaparecía bajo el agua y todo lo que podía hacer era sentarme en la playa, tener paciencia y esperar a que volviera a revelarse.[/vc_column_text][vc_single_image image=”1638″ img_size=”full” onclick=”link_image”][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_single_image image=”1634″ img_size=”full” onclick=”link_image”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]El término más apropiado y un poco menos entrañable para esta ciudad que desaparece entre la tierra y el mar es el de zona intermareal. Las zonas intermareales del norte del Golfo de California albergan una colección rica y diversa de especies que han cautivado e inspirado a muchos exploradores, científicos y creativos (como el famoso autor John Steinbeck y el biólogo marino Ed Ricketts).

Una mirada a las pozas de marea de Puerto Peñasco es suficiente para convencer a cualquiera de que estos ecosistemas son extraordinarios, pero ¿cómo llegó a existir esta increíble variedad de vida marina dentro de las grietas y agujeros del arrecife rocoso?

Esta región se caracteriza por un conjunto de condiciones ambientales únicas que influyen en los tipos de especies que pueden sobrevivir allí.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]Una de las características más notables de esta área es la espectacular amplitud de las mareas. El norte del Golfo de California tiene uno de los rangos de mareas más grandes del mundo, con hasta veinte pies (7 metros) de la zona intermareal descubiertos durante la marea baja[i]. Como resultado, las especies intermareales deben soportar cambios drásticos en su entorno, incluyendo la exposición al aire, la luz del sol y una mayor visibilidad para los depredadores dos veces al día. Cada organismo que se ve en una poza de marea está especialmente equipado con su propio método de defensa contra estas condiciones. Algunas especies como el quitón verde, un molusco de origen prehistórico, tienen un pie musculoso que se adhiere fuertemente a la roca y evita que sea arrastrado por el oleaje o arrancado por depredadores[ii]. El caracol de turbante del Golfo tiene una “puerta” de concha (llamada opérculo) que se cierra para mantener la humedad cuando las mareas retroceden[iii].

Las adaptaciones de comportamiento son igualmente importantes para soportar los desafíos que trae la marea baja. Por ejemplo, los pececillos forman agregaciones y minimizan sus movimientos para sobrevivir en áreas con bajos niveles de humedad y oxígeno (como la parte inferior de una roca)[iv]. A medida que la marea comienza a inundar, grupos de cangrejos ermitaños de dedos rojos se activan y se dispersan para alimentarse[v]. Las lapas altas abandonan la seguridad de su lugar de origen (una marca en la roca a la que regresan después de alimentarse) y se unen a ellas, pero no se aventuran más allá de unas pocas pulgadas de distancia[vi].

Cuando la marea comienza a bajar, los piojos de las rocas, miembros importantes del equipo de limpieza de la playa, salen de las grietas de las rocas y se adentran más en la zona intermareal para alimentarse de algas y detritos mientras esquivan los picos de las aves playeras[vii]. Las especies que existen en esta zona entre tierra y mar pueden soportar físicamente las mareas y programar sus actividades diarias a su alrededor.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_single_image image=”1641″ img_size=”full” onclick=”link_image”][vc_column_text]Un caracol de turbante del Golfo. El opérculo es el disco en espiral que se encuentra dentro de la abertura de la concha y permite que el caracol retenga la humedad cuando las mareas retroceden | Ilustración por Jessica Potter[/vc_column_text][vc_single_image image=”1640″ img_size=”full” onclick=”link_image”][vc_column_text]Un trozo de roca coquina que se compone de piezas de concha que se han cementado durante miles de años | Ilustración por Jessica Potter[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Otra fluctuación que impacta este ecosistema es el cambio extremo de temperatura entre estaciones. Las temperaturas de verano pueden alcanzar más de 30 grados centígrados, mientras que las temperaturas invernales caen hasta 8 grados centígrados[viii]. Como resultado, se pueden ver diferentes tipos y abundancias de especies presentes en el área intermareal dependiendo de la época del año en que visite[ix]. Las especies de grandes algas cafés cubren el arrecife rocoso durante la primavera, pero muchas de ellas dejan de reproducirse y comienzan a morir en el verano[x]. Especies como la babosa marina borracha de California, que prefieren un clima más frío y templado, casi desaparecen de esta región cuando aumentan las temperaturas[xi]. Los cambios estacionales pueden alterar la composición de las comunidades intermareales, así como la apariencia de algunas especies. El coral esmeralda, aunque normalmente se celebra por su color verde brillante, puede adquirir un tono marrón en los meses de invierno[xii].[/vc_column_text][vc_single_image image=”1639″ img_size=”full” onclick=”link_image”][vc_column_text]La babosa marina borracha de California. Como esta especie prefiere un clima templado, las poblaciones disminuyen en verano | Ilustración por Jessica Potter[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]A lo largo de la costa, los diferentes sustratos sostienen diferentes tipos de especies. Los fondos blandos y fangosos de los esteros sustentan a los organismos excavadores como las almejas y los camarones y a aquellos que están adaptados para alimentarse de estos organismos, como las aves playeras[xiii]. En las playas rocosas de Puerto Peñasco, los cantos rodados de basalto se encuentran dispersos por todo el intermareal superior, mientras que el intermareal inferior consiste en formaciones de coquina. La roca coquina, una característica única de este ecosistema, está compuesta por fragmentos de conchas trituradas que se han cementado durante miles de años. Si bien puede ser difícil caminar sobre esta roca afilada e irregular cuando se trata de ver más de cerca las pozas de marea, la superficie irregular es lo que permite un nivel notablemente alto de biodiversidad en esta área. La estructura de la coquina proporciona varios microhábitats que pueden ser utilizados por muchos tipos diferentes de especies[xiv].[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Todos estos factores han contribuido al desarrollo de las diversas comunidades de vida que habitan las costas del norte del Golfo de California. Aproximadamente el 5 por ciento de los invertebrados[xv], y el 19 por ciento de las especies de algas verdes y cafés[xvi] son endémicas de esta región, lo que significa que no se pueden encontrar en ningún otro lugar del mundo. Entre estas especies se encuentra un buccino carnívoro que se ha observado que influye en el desarrollo de una forma adulta diferente de percebes que toca con su moco[xvii], y un pequeño pulpo rojo conocido por morder a aquellos que son lo suficientemente valientes para manejarlo[xiii]. Si bien los visitantes se fascinan con el alto nivel de biodiversidad que hay en esta área, el rápido crecimiento de la industria del turismo y la pesca en las últimas décadas ha provocado impactos devastadores en la vida dentro de la zona intermareal[xix]. En un momento en el que la actividad humana amenaza este frágil entorno, es increíblemente importante comprender y apreciar lo que hace que estos ecosistemas sean únicos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”1631″ img_size=”full” onclick=”link_image”][vc_column_text]Mural de la Zona Intermareal por Jessica Potter[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text][i]Brusca, Richard C., et al. Common Intertidal Invertebrates of the Gulf of California. University of Arizona Press, 1980.

[ii] Brusca, Richard C. A Seashore Guide to the Northern Gulf of California. Arizona-Sonora Desert Museum, 2004.

[iii] Hupp, Betty, and Marilyn Malone. The Edge of the Sea of Cortez: Tidewalkers’ Guide to the Upper Gulf of California. Edge of the Sea, LLC, 2016.

[iv] Eger, William H. “Ecological and Physiological Adaptations of Intertidal Clingfishes (Teleostei: Gobiesocidae) in the Northern Gulf of California.” 1977, pp. 1-263. The University of Arizona, PhD dissertation. The University of Arizona Campus Repository, https://repository.arizona.edu/handle/10150/287765

[v] Synder-Conn, E. “Tidal Clustering and Dispersal of the Hermit Crab Clibanarius digueti.” Marine Behaviour and Physiology, vol. 7, no. 2, 1980, pp. 135–154.

[vi] Yensen, Nicholas Patrick. “The Limpets of the Gulf of California (Patellidae, Acmaeidae).” 1973, pp.1-176. The University of Arizona, PhD dissertation. The University of Arizona Campus Repository, https://repository.arizona.edu/handle/10150/566366

[vii] Southwick, J. Wanless. “Environmental Factors That Influence the Timing of a Cyclic En Masse Foraging Migration of Ligia occidentalis Dana (Crustacea: Isopoda) on the Northern Gulf of California.” 1971, pp. 1-140. Brigham Young University, PhD dissertation. Birmingham Young University ScholarsArchive, https://scholarsarchive.byu.edu/etd/7887/

[viii] Lluch-Cota, Salvador et al. “The Gulf of California: Review of Ecosystem Status and Sustainability Challenges.” Progress In Oceanography, vol. 73, no. 1, 2007, pp. 1-26.

[ix] Brusca, 1980.

[x] McCourt, Richard Matthew. “Zonation and Phenology of Three Species of Sargassum in the Intertidal Zone of the Northern Gulf of California.” 1983, pp 1-165. The University of Arizona, PhD dissertation. The University of Arizona Campus Repository, https://repository.arizona.edu/handle/10150/185781

[xi]  Brusca, 1980.

[xii] Schwarcz, Chris and Vernon, Monica. “Porites californica: Studies on its Ecology and Natural History in the Intertidal of Puerto Peñasco, Mexico.” 2008, pp.1-37. The University of Arizona, PhD dissertation. The University of Arizona Campus Repository, https://repository.arizona.edu/handle/10150/19223

[xiii] Hupp and Malone, 2016.

[xiv] Mackie, Steven A. and Boyer, Edward H.. “Intertidal Zonation of Macroscopic Invertebrates on the Coquina Reef at Playa De Estación, Puerto Peñasco, Sonora, Mexico.” Bios, vol. 48, no. 3, 1977, pp. 120–128.

[xv] Brusca, 2004.

[xvi] Mccourt, 1983.

[xvii] Lively, Curtis. “Predator-Induced Shell Dimorphism in the Acorn Barnacle Chthamalus anisopoma.” Ecology, vol.40, 1986, pp. 232-242.

[xviii]Brusca, 1980.

[xix] Brusca, Richard C and Michael E. Hendrickx. “Invertebrate Biodiversity and Conservation in the Gulf of California.” The Gulf of California: Biodiversity and Conservation, edited by Richard C. Brusca, University of Arizona Press, 2010, pp. 72-95.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_separator style=”shadow” border_width=”2″][vcj_team_member image=”1630″ name=”Acerca del Autor:” layout=”style3″ image_ratio=”portrait” color_name=”#ca972e”]Jessica Potter

Jessica se graduó recientemente en ecología y biología de la conservación de Barrett, The Honors College de Arizona State University. Es aspirante a ser ilustradora científica y escritora y se apasiona encontrar formas nuevas y creativas de desarrollar relaciones más cercanas entre las personas y los ecosistemas que las rodean. Para su tesis de licenciatura con honores, estudió las zonas intermareales del norte del Golfo de California y trabajó con CEDO para crear un folleto informativo ilustrado y un mural que celebra esas áreas únicas.[/vcj_team_member][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text][ctct form=”1187″ show_title=”false”][/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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